Nuestras palabras tienen un profundo efecto en nosotros y en todo lo que nos rodea, quizás mucho más allá de lo que somos capaces de imaginar.
Mi voz es una de mis principales herramientas de trabajo y cuando me veo limitada por ella con una ligera afonía tomo más consciencia si cabe de que CADA PALABRA CUENTA.
Si me conoces un poquito sabes lo puntillosa que soy con el uso de la palabra hablada y escrita. Porque lo que dices crea y lo que escribes, sentencia. Al menos, así es para mi.
Cuando cada palabra que sale de mi boca supone un esfuerzo extra eso hace que sea mucho más selectiva si cabe. Me ayuda recordar una película extraordinaria para mi gusto, muy divertida y con profunda reflexión 1000 Palabras .
¿Eres coherente con lo que dices y escribes?
¿Dices lo que piensas realmente?
¿Hablas por hablar?
Tanto las expresiones positivas, que se sienten bien, como las negativas, que se sienten mal; generan una reacción orgánica en nuestro cerebro y nuestro cuerpo en su totalidad.
Una palabra negativa o insultante activa la amígdala, estructura del cerebro vinculada a las alertas, y genera una sensación de malestar, ansiedad o ira.
Las palabras positivas o estimulantes son asimiladas por el hemisferio derecho del cerebro, que es el de las emociones. Por lo tanto, van a generar placer, sorpresa y alegría.
Te dejo un lema extraordinario de otra película también excepcional Interestatal 60
Di lo que piensas y piensa bien lo que dices
Tus palabras son como ecos que salen de ti, se expanden y regresan como un boomerang tarde o temprano.
Cuando haces un uso consciente y responsable de tus palabras en forma de pensamientos, en voz alta y por escrito tu vida solo tiene una dirección: de mejor a mejor.