La Psicología Positiva es una rama de la psicología que ha demostrado ser una herramienta poderosa para mejorar el bienestar de las personas.
Se centra en potenciar lo que funciona bien en nuestras vidas en lugar de enfocarse únicamente en lo que necesita ser arreglado.
Como psicóloga positiva especializada en bienestar y desarrollo personal, he trabajado durante años con personas que no necesariamente padecen trastornos mentales o situaciones graves, pero que buscan experimentar una vida más plena, significativa y feliz. Y es ahí donde la Psicología Positiva cobra especial relevancia.
¿Qué NO es la Psicología Positiva?
Uno de los mayores malentendidos es confundir la Psicología Positiva con el pensamiento positivo.
Suelo escuchar preguntas como: “¿Me estás diciendo que siempre sea optimista?” o “¿Esto se trata de ignorar lo malo y enfocarme solo en lo bueno?”
La respuesta a esto es claramente no.
La Psicología Positiva no se trata de:
Negar o reprimir las emociones negativas:
Las emociones como el miedo, la tristeza o la ira son respuestas naturales y necesarias ante determinadas situaciones.
No podemos, ni debemos, intentar evitarlas. La clave está en cómo gestionamos esas emociones y en qué momento podemos aprovechar las emociones positivas para restaurar el equilibrio y el bienestar.
Un optimismo ciego:
No se trata de ver todo color de rosa o de pensar que, con solo desearlo, los problemas desaparecerán.
La Psicología Positiva fomenta un optimismo realista: reconocer los desafíos y trabajar activamente en soluciones, desde una perspectiva que también valora las fortalezas de las personas.
Una solución mágica:
Hay quienes creen que la Psicología Positiva puede ser una solución rápida para cualquier problema, sin embargo, como cualquier enfoque serio y científico, requiere esfuerzo, compromiso y práctica.
Los cambios y la mejora no ocurren de la noche a la mañana, y mucho menos sin un trabajo profundo y constante.
¿Qué SI es la Psicología Positiva?
A menudo, cuando alguien escucha el término “Psicología Positiva”, lo primero que se imagina es una especie de “manual de felicidad” o una tendencia hacia el pensamiento positivo a toda costa. Nada más lejos de la realidad.
La Psicología Positiva es un enfoque científico que estudia cómo las personas pueden desarrollar fortalezas, virtudes y recursos psicológicos para aumentar su bienestar integral.
Este enfoque propone que el bienestar no se trata de evitar el malestar o eliminar los problemas, sino de aprender a cultivar aspectos positivos de la vida, como:
Emociones positivas (alegría, gratitud, Serenidad, etc),
Compromiso (estar inmerso en actividades que nos apasionen),
Relaciones positivas (establecer vínculos significativos y saludables),
Vivir con Significado o Propósito de Vida,
Prestar atención a los Logros personales, para fortalecer la autoestima, la confianza personal y la eficacia.
Uno de los aspectos más valiosos que veo en la Psicología Positiva es su énfasis en ayudar a las personas a florecer.
Es decir, no se trata solo de sentirse “bien”, sino de vivir de manera plena, experimentando un sentido de profunda realización personal.
¿En qué casos puede ser útil la labor de un profesional de la Psicología Positiva?
He tenido el privilegio de acompañar a muchas personas que, sin necesariamente sufrir un trastorno psicológico o un problema muy grande, buscan crecer, sentirse más satisfechas o superar ciertos momentos críticos en su vida.
Aquí algunas de las situaciones en las que, desde mi experiencia, la Psicología Positiva resulta especialmente útil:
1. Personas que buscan algo más en la vida.
Muchas veces, acuden a consulta personas que, sin tener problemas emocionales, sienten que algo les falta. Quizás no experimentan la alegría o la motivación que desearían, o sienten que están estancadas o atrapadas en su vida.
A través de la Psicología Positiva, podemos trabajar en identificar sus fortalezas y en cómo usarlas para aumentar su sentido de propósito y satisfacción.
Esto es algo que he visto funcionar con frecuencia en aquellos que buscan más significado y felicidad en su día a día.
2. Transiciones vitales o momentos de cambio.
Momentos de transición, como un cambio de trabajo, la maternidad o paternidad, una mudanza o incluso la jubilación, pueden generar estrés, ansiedad o una sensación de incertidumbre.
He acompañado a personas en estas etapas utilizando principios de la Psicología Positiva para transformar estas situaciones en oportunidades de crecimiento personal.
El desarrollo de recursos internos, como la resiliencia y el optimismo realista, son clave en estos procesos. Así como el deseo de mejorar y vivir con más propósito.
3. Mejorar aspectos de su vida.
Ya sea, desarrollar alguna cualidad o habilidad personal como ser más paciente o hablar en público.
Ya sea crear un estilo de vida más saludable o lograr algún objetivo concreto… Acudir al psicólogo puede ser como apuntarse a una academia de idiomas o ir al gimnasio.
Una forma más agradable y eficaz de lograr esa mejora, desarrollo o crecimiento.
4. Fortalecer relaciones interpersonales.
El bienestar no depende solo de lo que sucede dentro de nosotros, sino también de la calidad de nuestras relaciones.
La Psicología Positiva pone un gran énfasis en la importancia de las relaciones significativas y saludables. He visto cómo trabajar en áreas como la gratitud, la empatía y la comunicación efectiva ha transformado no solo las vidas de mis clientes, sino también la calidad de sus relaciones.
5. Afrontar la adversidad con resiliencia
La Psicología Positiva busca mejorar la calidad de vida de las personas y, a la vez, también ofrece herramientas para afrontar la adversidad desde una perspectiva que incluye el crecimiento.
Las personas pueden aprender a sobrellevar las dificultades no solo sobreviviendo, sino creciendo a partir de ellas.
En momentos críticos de la vida, he trabajado con muchas personas para desarrollar esta capacidad de encontrar significado incluso en los desafíos más duros.
6. Incrementar el bienestar en grupos y organizaciones.
La Psicología Positiva no se limita al individuo. También tiene aplicaciones en entornos familiares, laborales y de comunidad.
He tenido la oportunidad de trabajar con equipos que buscan mejorar el bienestar de sus empleados, lo cual tiene un impacto directo en la productividad y la satisfacción en el trabajo. Cuando las personas se sienten valoradas, comprometidas y conectadas con un propósito mayor, el clima organizacional mejora notablemente.
Mi experiencia en consulta
En mi práctica diaria, he visto cómo las herramientas de la Psicología Positiva pueden transformar vidas, especialmente cuando las personas están dispuestas a comprometerse con su propio bienestar y desarrollo personal.
La clave está en entender que el bienestar es un proceso continuo.
No se trata de alcanzar un punto de felicidad o de ausencia de problemas y malestar, sino de cultivar habilidades y actitudes que nos permitan vivir la vida con más satisfacción.
Te invito a considerar este enfoque, que ha sido tan valioso tanto en mi vida personal como en mi práctica profesional, y a descubrir cómo puede ayudarte a vivir con más bienestar, felicidad y realización.