No es tanto lo que Piensas, si no aquello en lo que Crees
Se dice que tenemos muchos pensamientos al cabo del día, conscientes somos de muy pocos. Afortunadamente no nos sucede todo aquello que pensamos sólo aquello en los que más nos enfocamos. Se ha hablado mucho del poder de la palabra escrita y hablada. Aquellos pensamientos que se expresan explícitamente cobran más vida que aquellos que se quedan vagando en nuestra mente.
Quizás todavía resulte complejo ver que nuestra realidad es un reflejo, una proyección de todo lo que hay en nuestra mente consciente e inconsciente.
Puede que hayas oído la frase “Creer es Crear”. Es importante tener en cuenta que aquellos pensamientos que se repiten continuamente, aquellos a los que más tiempo les dedicas, aquellos en los que tienes más fe y convicción son los que se manifiestan en tu realidad física. Aunque a veces no sea cuándo y cómo tú deseas. Terminan sucediendo y expresándose en tu realidad.
Pues bien, no es tanto lo que piensas, si no más bien aquello en lo que crees. Cuanta más convicción tengas de algo ya sea positivo o negativo, más lo harás realidad. Mejor dicho, tu mente consciente elige una interpretación y se enfoca en ella. Así tu mente subconsciente la asume y te ayuda a crearla en tu vida.
Esto funciona igualmente para pensamientos positivos que negativos.
Piensa bien y el bien te seguirá.
Piensa mal y el mal te seguirá.
Hay expresiones populares que reflejan este hecho. “ tengo metido esto en la cabeza” , “ te vas a buscar lo que no tienes” … El proceso es el mismo. Si creo firmemente en algo ya sea positivo o negativo, la gran convicción en esa idea es la que le da vida posteriormente.
Ya que necesitamos vivir con creencias, mejor elegir unas sanas y posibilitadoras.
Cree firmemente en cosas favorables para ti, cree que puedes, cree que eres capaz, cree que mereces lo bueno, cree cosas maravillosas para ti y los que te rodean … y tu parte subconsciente te ayudará a hacerlo realidad. Cree firmemente y lo verás.
De igual forma, cuídate de aquello en lo que te enfocas negativamente y se te mete en la cabeza porque, a la corta o a la larga, te buscas aquello que podrías no tener sólo por el hecho de creer concienzudamente que sí.